domingo, 8 de diciembre de 2013

PASTORAL INDÍGENA DE SUCUMBÍOS CELEBRA NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE


En la comunidad indígena Cinco de Agosto, el día 8 de diciembre de 2013, se reunieron alrededor de 300 personas entre indígenas de las nacionalidades kichwas y shuar, servidores y agentes de pastoral indígena de ISAMIS y amigos/as de la pastoral campesina y urbana, para celebrar la fiesta de Ntra. Sra. de Guadalupe, patrona de los pueblos indígenas y de nuestra Parroquia Personal Indígena Ntra. Sra. de Guadalupe, que abarca alrededor de 95 comunidades indígenas presentes en la provincia de Sucumbíos – Ecuador.
Desde la mañana la gente fue llegando de sus comunidades en los buses, rancheras (también llamada chiva en Colombia), de barco y caminando. Los miembros de la comunidad Cinco de Agosto se organizaron en la semana limpiando el coliseo, organizando la leña y por la mañana para preparar todo para comida para la fiesta, con el auxilio de los miembros de la Directiva del SICNIE-Sucumbíos.
Siendo así, a las 10 de la mañana comenzamos el programa del día con la Celebración de la Santa Misa transmitida en vivo por la Radio Sucumbíos, presidida por Mons. Paolo Mietto, concelebrada por los misioneros de la Consolata que acompañan la pastoral indígena y animada por los servidores (catequistas, animadores y jóvenes indígenas) y agentes de pastoral indígena de nuestra de Iglesia San Miguel de Sucumbíos. Mons. Mietto destacó que María es una Madre que siempre se preocupa y está siempre con nosotros/as: en la aparición al indígena Juan Diego, la Virgen María ha consolado y dando la esperanza de que ella es nuestra Madre y camina con nosotros/as: “¿Acaso no estoy yo aquí que soy su Madre?”, dijo la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego.
En la celebración también hubieron dos momentos significados: la renovación de los votos religiosos del hermano Gilberto da Silva, misionero de la Consolata, que está en Sucumbíos acompañando los pueblos indígenas; y la despedida de la hermana Magdalena Blaser, misionera suiza que estuvo 18 años en ISAMIS acompañando a la nacionalidad Cofán y sirviendo a la Pastoral Indígena y que ahora regresa a Suiza para asumir un cargo en su congregación, como Consejera General. Mons. Mietto, en nombre del Vicariato, le ha entrega una placa de agradecimiento y varios indígenas se expresaron agradeciendo a ella.
Después de la Celebración, con la animación de los catequistas y jóvenes indígenas, se hicieron la presentación de danzas tradicionales y de algunos juegos tradicionales de las nacionalidades indígenas (pelar plátano e yuca, tomar chica etc.). Y se concluyó la programación con el almuerzo comunitario, preparado por los socios de la comuna Cinco de Agosto, gracias al aporte de las comunidades y de varias personas solidarias.




Este bello momento nos ha ayudado a ver que con la unidad y la participación de todos/as, podemos hacer muchas cosas y vivir nuestra fe de manera inculturada, sintiéndonos amigos/as de Jesús, que por medio de su Madre María (que recordamos con el título de Ntra. Sra. de Guadalupe) y de nuestro hermano indígena San Juan Diego, nos da la consolación y el valor de seguir adelante como verdaderos discípulos/as y misioneros/as de Él en las distintas culturas.


P. Julio Caldeira, misionero de la Consolata y coordinador de la Pastoral Indígena de ISAMIS.
FOTOS: P. Juan Antonio Sozzi, imc.

















martes, 16 de julio de 2013

Colegio Fiscomisional Intercultural Bilingüe "Abya Yala"


El Colegio Fiscomisional Intercultural Bilingüe Abya Yala surgió el año 2004 dentro de un proyecto educativo promovido por el Vicariato Apostólico de San Miguel de Sucumbíos para apoyar el proceso de formación y desarrollo integral de los jóvenes pertenecientes a las cinco nacionalidades indígenas presentes en la provincia de Sucumbíos: Kichwa, Shuar, Secoya, Siona y Cofán.

La ausencia de colegios prácticamente en la mayoría de comunidades indígenas de la provincia, la lastimosa situación de las escuelas de muchas de ellas, las carencias en formación de los maestros de dichas escuelas, las grandes distancias y problemas de comunicación y transporte existentes en la región (muchas comunidades carecen todavía hoy de vías de acceso lastradas para la entrada de vehículos, o son accesibles únicamente por vía fluvial), y la situación de falta de recursos económicos de muchas familias, llevó a la creación de un colegio en régimen de internado que permitiese a los jóvenes de las cinco nacionalidades indígenas de la provincia acceder a una educación media de calidad.
Dentro de las nacionalidades indígenas existía la preocupación por la enseñanza media en sus comunidades: la ausencia de colegios bilingües tenía como resultado que muy pocos jóvenes indígenas culminaban sus estudios de bachillerato, y que los pocos que lo lograban, lo hacían cursando estudios en colegios hispanos, perdiendo poco a poco su identidad cultural.
Estas inquietudes de las comunidades indígenas encontraron oídos en la Pastoral Indígena del Vicariato de San Miguel de Sucumbíos. Mons. Gonzalo López Marañón, entonces obispo del Vicariato, junto con la comunidad de Hnos. Maristas de la Enseñanza  (con personería jurídica según Registro Oficial Nº 717 de 16 de Enero de 1959), la comunidad de Hnas. Carmelitas del Sagrado Corazón, que prestaban su servicio como misioneros dentro de la Pastoral Indígena con el propósito de fortalecer la educación dentro de las comunidades indígenas de la provincia, trabajando tanto en la educación de jóvenes como en la formación de profesores y adultos, comenzaron el camino para hacer realidad el sueño de las nacionalidades indígenas de Sucumbíos: un colegio para los jóvenes kichwas, shuars, cofanes, sionas y secoyas, que no sólo fortaleciese su formación académica, sino que también trabajase para rescatar y fortalecer sus saberes y valores ancestrales.

En el 2004 se sentaron las bases del Proyecto Educativo Abya Yala, y en Septiembre de 2005 el Colegio Abya Yala, abrió por primera vez sus puertas a un grupo de 60 jóvenes pertenecientes a las cinco nacionalidades indígenas de la provincia: kichwa, shuar, cofán, siona y secoya (Acuerdo Nº 20. 04/03/2005-DIPEIB-S). Desde entonces, el colegio viene luchando año tras año por sacar adelante a jóvenes indígenas, que puedan encontrar su lugar en la sociedad global del siglo XXI, sin perder sus raíces e identidad propias.
Hoy día son ya más de 200 los estudiantes del colegio, han salido ya varias promociones de Bachilleres. El Colegio Abya Yala, continúa su apuesta de ser referente de calidad, servicio, y dedicación a las nacionalidades indígenas, a nivel nacional e internacional. No ha sido pocos los escollos y retos a superar en estos siete años de andadura, pero el futuro nos plantea otros retos nuevos: un nuevo proyecto de formación para estudiantes universitarios, de modo que los bachilleres del Abya Yala de hoy, sean los profesores del Abya Yala de mañana.
Es un pequeño sueño, que poco a poco, el equipo misionero, profesores, y voluntarios que año tras año caminamos juntos en este proyecto, aspiramos a afianzar para que siga dando frutos en el futuro.

Tenemos una misión y una visión claras: 

MISIÓN: Generar una propuesta de educación intercultural bilingüe de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos, dirigida a los jóvenes de las nacionalidades kichwa amazónico, shuar, cofán, secoya y siona, presentes en la provincia de Sucumbíos, en la que se toma en cuenta la formación integral, la interculturalidad, la plurinacionalidad, la cosmovisión, las lenguas y saberes ancestrales y la equidad de género, de manera que aporten al desarrollo social, cultural y económico de estas nacionalidades y pueblos amazónicos; favoreciendo de manera especial a los jóvenes que menos oportunidades tenga de acceder a un centro educativo.

VISIÓN: El Proyecto Educativo Intercultural Bilingüe “Abya Yala, será reconocido como un modelo de Educación Intercultural Bilingüe Integral de alta calidad con énfasis en las áreas académicas, cultura, investigación, comunidad, agroecología y espiritualidad; en Ecuador, y en América Latina.

FUENTE: http://colegioabyayala.blogspot.com/

martes, 12 de marzo de 2013

UNIDAD DE PASTORAL INDÍGENA


 
La Pastoral Indígena específica viene funcionando en ISAMIS (Iglesia de San Miguel de Sucumbíos) desde finales de la década de los 70. En la primera etapa no se distinguía una pastoral específica para los pueblos indígenas. El primer equipo de pastoral exclusivamente dedicado a la pastoral indígena nace en 1978, iniciando así la pastoral específica.

En 1983 cuando la pastoral general de ISAMIS se organiza desde una estructura de Departamentos nace también el de Pastoral Indígena.

En 1986, durante el primer Plan de Pastoral se le concede a la Pastoral Indígena un grado mayor de autonomía que apunta hacía el nacimiento de una Iglesia Indígena en Sucumbíos. Este camino se completa en el actual Plan de Pastoral en el que se organiza la Unidad de Pastoral Indígena.

La pastoral Indígena de ISAMIS quiere impulsar una pastoral que responda a los llamados de S. S. Juan Pablo II: “Qué feliz día aquel en el que sus comunidades puedan ser servidas por catequistas, sacerdotes, religiosas, incluso algún obispo de sus mismas etnias…”  (Mensaje a los Servidores Indígenas en Latacunga, 1992) y de la Iglesia Latinoamericana en general donde se insiste en la necesidad de la inculturación del Evangelio.


El SICNIE-S o sea los Servidores de la Iglesia Católica de la Nacionalidad Indígenas del Ecuador-Sucumbíos

El SICNIE-S está animado por una Directiva: Presidente, Vicepresidente, Secretario, Tesorero  y dos asesores de parte de los Misioneros
 Participan al Sicnie todos los Servidores del Vicariato de las tres nacionalidades: Kichwa; Shuar; Cofán

En el Vicariato existen dos zonas kichwas bien diferenciadas geográficamente: La Zona del Río Aguarico y la Zona de los Ríos San Miguel y Putumayo.

COSIKUA. Coordinación de los Servidores de la Iglesia Kichwa del Aguarico. Agrupa a los servidores de la Zona del Aguarico.

COPIR. Coordinación de la Pastoral Indígena de los Ríos. Responde a la Zona de los Ríos San Miguel y Putumayo.

El grupo Shuar está organizado en el SISHIS. Servidores Indígenas Shuar de ISAMIS.
Los servidores Cofanes también forman parte de la organización general de catequistas.

El Sicnie Sucumbíos se reúne tres veces al año. Los sectores  se reúnen  cada mes y medio o cada dos meses para la formación permanente, la evaluación y reprogramación

La directiva del Sicnie representa el Vicariato en las reuniones del Sicnie a nivel de la Amazonia  lo mismo a que a nivel Nacional.

Comisiones:
  • Formación y Vida de las Comunidades.
  • Educación y Jóvenes,
  • Organización y Tierras,
  • Economía Solidaria,
  • Salud,
  • Mujeres,


Dentro de la Pastoral Indígena adquiere especial importancia el tema del “Rescate” de la cultura y el apoyo a la defensa de la pluriculturalidad.

El día 12 de diciembre de 2012, la Unidad de Pastoral Indígena de ISAMIS se tornó una Parroquia Personal Indígena.

El Plan de Pastoral Indígena

Durante la elaboración del  Plan de Pastoral, cada año se cuenta principalmente con la participación directa de las Comunidades Indígenas, se establecen las tareas de la Unidad de Pastoral Indígena que asumen también los agentes de pastoral o misioneros. El objetivo fundamental es fortalecer la Unidad de Pastoral Indígena desde las comunidades y sus servidores o catequistas.
En la programación del año se incluyen las  nuevas líneas de trabajo donde la inculturalidad y sobre todo la espiritualidad propia de cada nacionalidad se tienen como líneas preferenciales para nuestro trabajo de evangelización y acompañamiento a las organizaciones.

Para ello nos  proponemos insistir en algunas otras líneas de trabajo que nos parecen elementales en el mundo indígena: educación bilingüe, salud, tierra, territorio etc. Y entre ellas se destaca la importancia de trabajar la capacitación de los servidores de las comunidades y el fortalecimiento de éstas.


COMUNIDADES

 


En el centro de toda la actividad de la pastoral indígena están las comunidades cristianas. Estamos, de alguna manera, en el tiempo de las comunidades cristianas. Ya pasó el tiempo en que el trabajo fundamental era la promoción, fundación y el acompañamiento a las organizaciones indígenas (lo que no quiere decir que no debamos estar cerca de ellas y acompañarlas en sus propuestas de ahora). Pero lo que ha ido quedando más o menos claro en la pastoral indígena es que debemos hacer hincapié en impulsar las comunidades cristianas.

Comunidades Cristianas donde se viva la fe y su compromiso desde una valoración y vivencia de las propias culturas, los propios Ministerios y la búsqueda de una liturgia encarnada tal y como nos proponen los documentos de la Iglesia. Ya hay catequistas formados y muchos que están en este periodo de formación. Hay servidores con muchos años de trabajo comprometido con las comunidades; es pues necesario un impulso fuerte en las comunidades para animarlas a ser más vivas.

La comunidad cristiana es una propuesta concreta del seguimiento de Jesús. Una propuesta abierta, como la del mismo Jesús, que quiere respetar la cultura de los pueblos (tiende necesariamente a la inculturación del Evangelio) y su mismo derecho a la autodeterminación religiosa en un diálogo franco con las culturas

 Sectores de comunidades

 De los últimos años es también la división en sectores de las comunidades de la Pastoral indígena (nos referimos sobre todo a la Pastoral Kichwa, y a la atención a Cofanes y Shuaras que conformarían lo que podemos llamar ‘sectores específicos’ o pastoral Shuar y Cofán). Todos hemos visto que ha sido un acierto que ha motivado a servidores, comunidades y misioneros. Probablemente tengamos que revisar la distribución de los sectores para hacer las comunidades más cercanas y los sectores más funcionales, pero ya es un espacio ganado por la pastoral indígena.
 El proyecto
 Objetivo general
Se trata de acompañar las comunidades indígenas del Vicariato (alrededor de 85 comunidades) de las tres nacionalidades, con el fin de impulsar el crecimiento en la fe desde los valores propios, fortaleciendo la organización comunitaria y la pluralidad de ministerios para que vaya surgiendo “una Iglesia Católica con rostro, corazón y pensamiento Indígena”.

Objetivos específicos:
Apoyar el camino de identidad cultural que hacen los pueblos los Indígenas en el Ecuador desde la fe en Jesucristo
Animar el camino de reflexión pastoral, teológica y espiritual que vienen haciendo los servidores de la Iglesia Católica en el Ecuador y especialmente en la Provincia de Sucumbíos
Ofrecer a las nacionalidades de la Provincia de Sucumbíos espacios y tiempos para que vivan y expresen su vivencia cristiana
Acompañar la organización indígena en todas sus dimensiones.

Metas:
Visitar periódicamente las comunidades desde los diferentes equipos misioneros.

Asesorar las diferentes comunidades  en las diferentes reuniones utilizando metodologías y materiales adecuados a su propia realidad.

Realizar encuentro de formación con los servidores, las mujeres, los jóvenes y niños  de las diferentes comunidades.

Contar con unos criterios comunes que permitan  la participación de las comunidades  y la inserción de los misioneros en la vida de las mismas.

martes, 1 de enero de 2013

REALIDAD INDIGENA EN LA PROVINCIA DE SUCUMBÍOS

REALIDAD PROVINCIAL




En el comienzo de los tiempos, los dioses entregaron a los abuelos estas tierras, para cultivarlas y vivir libres en ellas. Durante mucho tiempo, la selva fue el hogar, el refugio, la seguridad; se podía cazar y pescar sin miedo, se podía sembrar y cosechar lo sembrado y lo que la madre naturaleza, generosamente daba. Se vivía con confianza en la mañana. Había muchos pueblos que vivían en la selva. Todos aprovechaban lo que ella les brindaba y alcanzaba para todos, porque no se tomaba más de lo que necesitaba. Cada cultura tenía sus dioses, sus shamanes, sus nombres, su lengua, sus costumbres.

Cada pueblo crecía con su propia manera de ver el mundo. Cada uno de diferente manera, llegaba a Dios y tenía conexión con él. A través del shamán se buscaba ese contacto para alcanzar: los deseos, una buena caza, la facilidad de pescar, ganar una guerra, tener una buena cosecha, etc”. CRUZ ROJA SUIZA, FOISE Y DIPEIB – S. Sucumbíos Intercultural: Tierra, Cultura, Libertad. Nueva Loja – Sucumbíos, 2000, P, 1.

La Provincia de Sucumbíos se encuentra ubicada en la Amazonía Ecuatoriana, en la frontera con Colombia. La Amazonía ha sido por siglos hogar de nacionalidades indígenas con su propia lengua y su cultura.

Son  cinco las Nacionalidades que pueblan actualmente la Provincia de Sucumbíos: Cofanes, Sionas, Secoyas, Quichuas, Shuaras.

Cofanes: Originarios de estas tierras, Se encuentran asentados en la Provincia de Sucumbíos, parte superior del río Aguarico, río Sinagüe y en la frontera con Colombia. Las posesiones territoriales en Ecuador varían significativamente. Zábalo dispone de 44.000 hectáreas, territorio sujeto a un plan de manejo por encontrarse en un área protegida (Reserva Cuyabeno). Algo similar ocurre con Sinagüe que posee 7.000 hectáreas dentro de Reserva Cayambe - Coca. Chandia Na'en posee un estimado de 42.000 hectáreas, Dureno 9.571 hectáreas y Dovuno 7.032 hectáreas. El número aproximado en la colonia era de aproximadamente de 15.000.



Sionas[1]: También originarios de estas tierras. 

Geopolítica: tienen presencia binacional, en Colombia y en Ecuador. En Ecuador se encuentran en la Provincia de Sucumbíos, cantón Putumayo, parroquia Puerto Bolívar; y en el cantón Shushufindi, Parroquia San Roque.
Territorio. La superficie de ocupación es de 47 888 ha. Tienen legalizadas 7 888 hectáreas en propiedad colectiva para los tres asentamientos, las mismas que constituyen una mínima parte de su territorio tradicional.

Secoyas[2]: Pertenece a la familia lingüística tukano occidental. Habitan los territorios cercanos al Cuyabeno, en las riberas y cuenca del río Aguarico. Secoya es el nombre de un río y de una quebrada considerada como su lugar de origen. En paicoca (lengua secoya) el nombre étnico es Siekóya pai, que significa "gente del río de rayas". Debido a sus largas cabelleras, se los conocía como "los encabellados". Está compuesta también por un pequeño número de miembros de la Provincia: unas 400 personas.


Kichwas: Provienen de las Provincias de Napo y Pastaza de algunas otras provincias del País. Viven en unas sesenta comunas, a lo largo de los ríos Aguarico, San Miguel, Putumayo y otros afluentes de toda la Provincia. Un grupo fue traído del Río Napo para trabajar en semiesclavitud para los patronos del caucho o de las haciendas. El total de la población indígena de esta etnia representa un 12% de la población total. Son por lo mismo, la etnia más numerosa de nuestra Provincia[3].

Shuaras: Constituyen el pueblo mayoritario en la Amazonía Ecuatoriana y viven al sur en las provincias de Zamora Chinchipe y Morona Santiago, en la frontera con el Perú. De este pueblo han emigrado hasta la Provincia de Sucumbíos un buen grupo de familias que se encuentran asentadas  en los Cantones Cascales, Shushufindi y Cuyabeno. Se calcula alrededor de unos tres mil habitantes.


 Junto con la población indígena la provincia de Sucumbíos está constituida en su mayoría por campesinos colonos mestizos venidos de las diversas provincias del Ecuador. El Vicariato, desde diversos Equipos de Pastoral Indígena y con una dedicación específica, hace el acompañamiento a las distintas  Nacionalidades: Quichua, Shuar y Cofán y dentro del campo educativo, a las Nacionalidades Siona y Secoya.


PROBLEMÁTICA

Tal situación hace que la Provincia de Sucumbíos sea  una de las más ricas en culturalidad indígena de todo el País, conllevando, a la vez una complejidad considerable, tanto por las diferencias lingüísticas y culturales como porque la Provincia está actualmente habitada mayoritariamente por mestizos-colonos, llegados de casi todas las otras Provincias del País.


Los indígenas, por otro lado, participan de los problemas de todo el País, tales como:


•     Falta de servicios básicos: agua, luz, vialidad, letrinización, salud, etc.
•     Graves deficiencias en educación y salud.
•     Narcotráfico, violencia, militarización, por vivir en zona de frontera con Colombia y Perú.
•     Contaminación y degradación ecológica causada fundamentalmente por las compañías petroleras, mineras,  madereras, palmicultoras etc.•
La comercialización se encuentra en manos de intermediarios explotadores.

A esta problemática se añaden los problemas peculiares que como indígenas padecen y que citamos brevemente:

•     Son minorías que tienden a ser absorbidas por la cultura blanco-mestiza.
•     Escaso interés por la valoración, la defensa y el rescate de sus propias cultura, de su modo de vida y de sus costumbres, en un ambiente donde no son valorados suficientemente.
•     Continua situación económica de crisis, fluctuando entre la economía de subsistencia tradicional (cacería, pesca, recolección y  pequeños cultivos) y la economía de mercado que se va imponiendo en el medio.




[1] Su proceso de sedentarización ha tenido que ver también con la evangelización. La http://www.ecuanex.net.ec/fda/amplia.htmgran casa familiar era la característica principal del proceso de conformación de la comunidad, pero, en el presente, se ha dado paso a la construcción de viviendas que albergan a la familia nuclear. Los Sionas tienen una huerta pequeña cerca de la casa y otra grande, ubicada en un lugar lejano, constituyéndose este en su principal fuente de alimentos. Mantienen también sus actividades de caza y pesca. Están incursionando en el turismo.
[2] Los secoyas no estuvieron exentos de los impactos y efectos de la explotación cauchera. Según se recogen los estudios etnográficos del Ecuador, los testimonios orales dan cuenta de la terrible explotación de la que fueron objeto: como recompensa por el trabajo de cuatro años en la recolección de caucho, se obtenía dos pantalones, una camisa y un hacha. Otros relatos hablan de la desaparición de hombres que eran llevados a lugares distintos para la extracción del caucho. A pesar de ello, los secoyas vivieron la época cauchera con menor crudeza que otras etnias. Posteriormente, las empresas petroleras utilizaron a los secoyas como mano de obra no calificada en el desbroce de la selva, la apertura de trochas y demás actividades.
[3] P. Jesús Arroyo. Propuesta de Colaboración con el Centro Cultural “P. Ramón López”. Lago Agrio – Ecuador, Inédito.